Un equipo internacional de científicos ha detectado por primera vez dos colisiones masivas entre cuerpos rocosos en el sistema de la estrella Fomalhaut, situada a unos 25 años luz de la Tierra. Las observaciones, publicadas el jueves en la revista Science, se basan en datos del telescopio espacial Hubble y revelan que estas colisiones generaron nubes de polvo que antes se confundían con posibles exoplanetas.
Fomalhaut es una estrella joven, de aproximadamente 440 millones de años, rodeada por un disco de polvo y escombros que los astrónomos comparan con las etapas tempranas de formación de sistemas planetarios como el nuestro. El sistema Fomalhaut es conocido como el 'Ojo de Sauron' por su parecido con el ardiente ojo que todo lo ve de la saga de 'El Señor de los Anillos' de J.R.R. Tolkien. Durante más de dos décadas, los investigadores han observado el sistema intentando identificar exoplanetas y comprender su evolución.
En 2008 se detectó un objeto brillante que fue clasificado inicialmente como candidato a planeta y denominado Fomalhaut b; no obstante, nuevas imágenes del Hubble mostraron que este punto de luz desapareció con el tiempo y fue reemplazado por otra fuente luminosa cercana, lo que llevó a reinterpretar a ambos como nubes de polvo resultantes de colisiones violentas entre planetesimales, pequeños cuerpos rocosos.
Según los investigadores, las colisiones ocurrieron en 2004 y 2023. Los fragmentos se estiman en alrededor de 60 kilómetros de diámetro (alrededor de cuatro a seis veces el tamaño del asteroide que devastó a los dinosaurios hace 66 millones de años). Anteriormente se creía que este tipo de choques eran extremadamente raros —una colisión de esta magnitud cada 100.000 años en un mismo lugar—, pero en Fomalhaut se han observado dos en apenas 20 años, lo que sugiere que pueden ser más frecuentes de lo que se pensaba en sistemas jóvenes.
"Esta es sin duda la primera vez que veo un punto de luz surgir de la nada en un sistema exoplanetario", declaró el autor principal, Paul Kalas. "Está ausente en todas nuestras imágenes anteriores del Hubble, lo que significa que acabamos de presenciar una violenta colisión entre dos objetos masivos y una enorme nube de escombros, sin precedentes en nuestro sistema solar actual", subrayó.
Las nubes de polvo producidas por estas colisiones reflejan la luz de la estrella, haciendo que aparezcan como puntos brillantes en las imágenes captadas. Con el tiempo, estas nubes se expanden y se desvanecen, y los astrónomos planean continuar observando su evolución para entender mejor cómo se disipan y qué información aportan sobre la dinámica interna del sistema.
¿Exoplaneta invisible?
Aunque Fomalhaut b ya no existe al menos como planeta, podría en realidad seguir escondido dentro del sistema. Así, según las estimaciones de los investigadores, dadas las condiciones específicas, existe un 10 % de probabilidad de que las colisiones no sean aleatorias. Su coincidencia temporal y ubicación podrían indicar una influencia oculta, como la atracción gravitatoria fantasmal de un exoplaneta invisible.
"Por ejemplo, algo —como los planetas— debería ser responsable de la formación de los planetesimales en el cinturón de polvo que observamos", explicó el coautor del estudio Jason Wang. "Además, especulamos que la proximidad de los sitios de impacto podría deberse a un planeta que provoca la colisión preferente de planetesimales allí", agregó.
El hallazgo ofrece una oportunidad única para estudiar procesos que probablemente fueron comunes en las primeras etapas del desarrollo de sistemas planetarios, incluidos aquellos similares al nuestro. Asimismo, estas observaciones ayudan a los científicos a distinguir entre objetos que podrían parecer exoplanetas y estructuras de polvo producidas por choques cósmicos.



